Que esta película esté en los Oscar en la categoría de mejor actor secundario por el veterano Nick Nolte indica que no es una película cualquiera.
Además tiene el atractivo de que uno de los actores principales es Tom Hardy, de momento conocido en su casa a la hora de comer pero que ya ha salido en títulos como Origen y en la última de Batman, donde Nolan le ha dado el papel del villano principal.
ORIGEN
BATMAN
Pero tampoco nos engañemos, es una película de peleas y golpes, sin más, y ahí es justo donde radica su entretenimiento.
Tom Hardy (Tommy Conlon) vuelve a casa de su padre de donde tuvo que huir con su madre enferma dejando allí a un alcoholizado Nick Nolte (Paddy Conlon) y a un hermano enamorado.
Vuelve para echarle en cara la muerte de su madre y todas las penurias que han pasado, pero su padre ya recuperado intenta por todos los medios recobrar el tiempo perdido con sus hijos.
El hermano de Tom Hardy, el actor Joel Edgerton (Brendan Conlon), se casó con su novia y tiene una hija enferma que necesita un tratamiento muy caro y su sueldo de profesor no da para más (porque no es profesor en España).
Y aquí es donde empieza todo, porque los dos hermanos fueron entrenados por el padre para luchar y se ve que el buen hombre era una mezcla de Pep Guardiola y Mike Tyson y los hijos son máquinas de repartir palos.
Tom Hardy se apunta a una especie de mundial de lucha, con su padre de entrenador, donde van los mejores y su hermano también porque necesita el dinero para su hija.
No para ni un momento, y todo es creíble hasta cierto punto aunque sobren algunas escenas que buscan conmover al espectador que sólo quiere ver más golpes y más llaves y más patadas en la boca.
Para relajarte después de un día duro de trabajo donde te hubiese gustado usar un par de trucos de la película sin poner en riesgo tu puesto de trabajo en plena crisis con su reforma y todo.
Y si alguien se pregunta porque Joel Edgerton no se fue con su madre y se quedó con su novia, sólo diré que es Jennifer Morrison es Cameron, la de House.
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